Historia

Reseña histórica cortesía de José Luis Martín Martín, catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Salamanca

Este municipio de 690 habitantes (datos de 2018) se encuentra a 22 km. de Salamanca, al suroeste de la capital, y está formado por dos núcleos principales, el propio Galindo y Perahuy y la urbanización de La Rad, con varias dehesas más en el término municipal (Escobos, Miranda de Pericalvo, Pericalvo, San Benito de La Valmuza, San Justo de La Valmuza, Santo Tomé de Colledo, Torre de Martín Pascual); entre todos ocupan una superficie de unos 44 kms2. A lo largo de los siglos ha conocido importantes transformaciones tanto en la demografía como en las actividades de sus habitantes y en la configuración de la sociedad, algunas de las cuales se detallan a continuación.

Orígenes de la población

Unas tierras fértiles y de carácter complementario –agrícola en la parte de poniente que forma parte de la Armuña Chica y ganadera al este- cruzadas por un par de arroyos parcos e inconstantes –La Rivera y La Valmuza- resultaron suficientemente atractivas para el asentamiento de población desde épocas prehistóricas, como lo demuestran los restos de dólmenes en su término; también se conservan vestigios de época romana en lugares próximos como San Julián de La Valmuza o Sagos.

Las primeras noticias escritas referidas al término de Galindo y Perahuy que encontramos se remontan a mediados del siglo XII y en ellas se alude al lugar de Colledo y también a la Rivera de La Valmuza. Colledo aparece como una aldea donada por un rico propietario a la catedral de Salamanca, mientras que la segunda fue el escenario de la batalla protagonizada por los caballeros salmantinos frente a su propio rey, Fernando II, porque les había recortado su zona de influencia al fundar Ciudad Rodrigo.

El nombre del lugar y el de alguno de esos primeros pobladores conocidos sugieren que el término de Galindo y Perahuy fue ocupado en la repoblación por gente de origen aragonés, pirenaico o, en todo caso, procedentes del norte de la Península. Tanto el topónimo Galindo como la terminación en uy/oy (Perahuy) son comunes en esas zonas, lo mismo que el nombre del propietario de Colledo que lo  donó a la Iglesia: Blasco Sanchón.

Evolución administrativa

A medida que pasa el tiempo encontramos más referencias a lugares situados en el término actual de Galindo y Perahuy: Pericalvo, citado en 1186, y luego, ya a mediados del siglo XIII, tenemos noticia de La Rad, Miranda de Pericalvo o Santo Tomé de Colledo. Todos esos lugares se encontraban encuadrados en el Cuarto de Baños, una de las circunscripciones administrativas en que se dividía la Tierra de Salamanca.

Informaciones de tipo fiscal, como la que corresponde al encabezamiento de las alcabalas (un impuesto sobre las ventas), nos permiten hacernos una idea de la situación de la población en Galindo y Perahuy, que a finales de la Edad Media debía ser algo mayor que la de Doñinos o Carrascal de Barregas, pues a ambos superaba en la cantidad que pagaba por ese tributo; para que sirva de referencia, sumadas las alcabalas de Galindo y Perahuy a las de La Rad en 1497 eran algo más elevadas que las aplicadas a los vecinos de Barbadillo.

El primer censo de población con datos precisos de Galindo y Perahuy, el de Tomás González de 1534, presenta a los vecinos distribuidos en varios núcleos del término actual, todos ellos de escasa entidad y nivel parecido, aunque hay dos factores que impiden mayor precisión: en algunos casos aparecen sumados los datos de dos o más lugares y, por otro lado, sólo cuentan los vecinos pecheros, por lo que estarían excluidos los exentos de tributos, quizá algún hidalgo y los clérigos.

Vecinos de Galindo y Perahuy en 1534. Censo de población de Tomás González

 

LugaresVecinos pecheros
Galindo, Perahuy y Santo Tomé de Colledo21
Pericalvo y Carrascal21
Miranda de Pericalvo18
La Rad17

Ya por entonces debía existir una diferencia importante entre Galindo y Perahuy y los restantes lugares del término; mientras que estos últimos eran cotos redondos o dehesas en poder de familias poderosas o de instituciones eclesiástica –los dominicos tenían propiedades con campesinos excusados en La Torre de Martín Pascual y en Pericalvo, y el regidor salmantino Rodrigo Álvarez Maldonado poseía un heredamiento en La Rad- Galindo y Perahuy se encontraba en una situación distinta: era lo que llamaban una aldea de herederos, es decir, muchos de sus habitantes disponían directamente de sus parcelas de cultivo y las transmitían a sus descendientes, aprovechando con sus ganados el resto del término, pasto y monte, como bienes comunes de todos los vecinos.

Los siglos XVIII y XIX

A mediados del siglo XVIII Galindo y Perahuy era todavía una pequeña aldea de 17 vecinos que disponían de unas 20 viviendas y de algunas construcciones auxiliares según el Catastro de Ensenada. Se dedicaban en su mayoría al cultivo de cereal y leguminosas y a apacentar sus rebaños en los montes, valles, eras y ejidos comunales, aunque tenían que compartirlos con propietarios laicos de fuera y con instituciones (Clarisas, Agustinos, Hospital de la ciudad) que habían adquirido el derecho de mantener en esos campos algunas cabezas de vacuno a lo largo de los siglos.

Los otros núcleos del término eran ya dehesas: en La Rad, que pertenecía al conde de Miranda, solo vivían el rentero y el aperador; Pericalvo seguía perteneciendo a los dominicos, y contaba con 7 vecinos: varios jornaleros, el montaraz, el pastor y un mesonero. Miranda de Pericalvo era un coto redondo del conde de Amayuelas, mientras que en La Torre de Martín Pascual, también dehesa de los dominicos, solo había un par de casas ocupadas por jornaleros, mozos de labor y el párroco del lugar.

A lo largo del siglo XIX se produjo un cambio importante ya que las órdenes religiosas perdieron la mayoría de sus propiedades a causa de la Desamortización. En cuanto a la población, Pascual Madoz muestra que a mediados de ese siglo se había producido un cierto crecimiento: llegaba entonces hasta los 200 habitantes, incluidos los de las dehesas, y el núcleo principal contaba con unas 30 casas, lo que quiere decir que rondaría las 120 personas. Los restantes vecinos vivían en las fincas –entre las que destacaban La Torre de Martín Pascual, La Rad y Pericalvo- dedicados a las actividades agrícolas y ganaderas.

Iglesia parroquial

Los habitantes de Galindo y Perahuy carecieron durante siglos de iglesia parroquial, por lo que acudían a la de Santo Tomé de Colledo, que pertenecía a los agustinos, según se documenta en el Libro de los lugares y aldeas del obispado de Salamanca, de comienzos del XVII. A causa del crecimiento de la población, y quizá también por la Desamortización, fue construida la iglesia parroquial en 1835, que está dedicada a Santo Tomás Apóstol.

Galindo y Perahuy en la época Contemporánea

Ese modo de vida tradicional persistió durante la segunda mitad del siglo XIX, y se mantuvo el crecimiento de la población, que alcanzó su máximo, para todos los siglos anteriores al actual, hacia 1920 cuando llegó a los 450 habitantes. Entonces la mayoría de los vecinos se dedicaban a las actividades agrícolas y ganaderas tradicionales, pero ya se documentan algunos servicios como los de tabernero, estanquera, zapatero, herrero, carpintero e incluso, durante varios años, contaron con una curandera. Había un elevado número de jornaleros, más de medio centenar, algunos de los cuales emigraron a Francia y Asturias en busca de un futuro mejor. A pesar de esa sangría, Galindo y Perahuy contaba todavía con unos 400 habitantes a mediados del siglo XX, muy repartidos entre el núcleo principal y las diferentes dehesas del término: La Rad tenía 49 habitantes, Pericalvo 28, o La Torre 21.

En las décadas siguientes se produjo un rápido proceso de mecanización del campo, que provocó una disminución del número de jornaleros y una mayor concentración de población en las ciudades; por eso Galindo y Perahuy perdió rápidamente habitantes.

Por fin, en los últimos tiempos ha comenzado una recuperación notable. Todo se inicia con el desarrollo de distintas promociones de viviendas en La Rad a partir de la década de los 70 del siglo pasado. En principio se destinaban, preferentemente, a segunda residencia; pero el empadronamiento en ellas de algunos de sus dueños o inquilinos ha permitido que Galindo y Perahuy alcance en los últimos lustros el mayor nivel de población de toda su historia.